Dentro del colectivo arbitral femenino, el cual mantiene un fuerte vínculo con Renfe, patrocinador de la Real Federación Española de Balonmano, a través del programa ‘Valor Mujer’, hoy conocemos la historia de Ana Díez (30/12/1987, Ciudad Real), delegada EHF de balonmano playa y exárbitra que está viviendo la crisis generada por el COVID19 de forma muy cercana.
Además de delegada EHF de balonmano playa y anotadora-cronometradora en pista, Ana es Doctora en Enfermería y profesora en la Universidad de Castilla La Mancha. A pesar de no ejercer como enfermera, está en contacto diario con compañeros de profesión que se encuentran en hospitales y centros sanitarios, sirviendo como apoyo y poniendo a disposición de todos ellos sus conocimientos.
“Si tuviera que resumir brevemente cómo se está viviendo esta crisis a través de las propias vivencias de mis compañeras, podría hablar de preocupación. Los sanitarios quieren hacer lo mejor posible su trabajo y existe incertidumbre sobre si los recursos que tenemos y con los que se está dotando a los centros sanitarios van a ser suficientes. Cada día, desde diferentes sociedades científicas, tanto de medicina como de enfermería, actualizan protocolos, hacen planes de contingencia, plantean diferentes criterios de atención clínica, etc. Se está llevando bien en ese sentido porque esos criterios se modifican y actualizan en función de las necesidades”, comenta Ana Díez desde su domicilio.
Ana Díez: "Existe incertidumbre sobre si los recursos que tenemos van a ser suficientes"
Asimismo, destaca la escasez de recursos materiales y la falta de personal como las mayores dificultades actualmente en el ámbito sanitario. “Es verdad que se está contratando a más personal, incluso personas en formación que yo creo que van a cumplir las expectativas que requiere la situación. En cuanto al material sanitario, habrá que ver si es suficiente. Se está promoviendo que las empresas y personas donen todo el material que tienen, la producción está aumentando y hay recursos I+D que se están promoviendo para la fabricación de material. Espero y deseo que sea suficiente”, afirma.
Doctora en Enfermería, actualmente compagina su trabajo como docente e investigadora con el balonmano. “Tengo suerte de poder compaginar ambas cosas puesto que puedo pedir permisos y planificar bien diferentes aspectos docentes e investigadores de mi día a día, y eso me permite tener bastante disponibilidad para asistir a diferentes torneos”, señala.
Precisamente en su currículum constan como delegada el EBT Finals de Tesalónica (Grecia) en 2016, año en el que hizo el curso EHF y debutó a nivel nacional. En total, Ana ha participado en 8 Campeonatos de España (entre árbitra y delegada); en diversos torneos EBT en España, Polonia y Países Bajos; en la Champions Cup celebrada en Catania (Italia) en 2018, así como el Campeonato de Europa de Balonmano Playa Absoluto y Sub-17 celebrado el pasado verano en Stare Jablonki (Polonia), el más reciente en el que ha participado. Todo ello, tras dejar el arbitraje de pista y playa (2009-2016).
Ana Díez: "La idea de meterme a árbitro surgió por el deseo de saber más sobre las normas del juego"
“¿Por qué me decidí por el balonmano? Quizás ayudó que en esos años el Ciudad Real era el equipo que estaba en auge y eso hizo que me hiciera fan absoluta. Más tarde, la idea de meterme a árbitro surgió por el deseo de saber más sobre las normas del juego puesto que había cosas que no entendía”, destaca Ana sobre sus inicios en este deporte a la vez que nos hable sobre cómo se vive la situación en el ámbito sanitario: “Por lo que conozco por mis compañeras, sí se están respetando los turnos en hospitales y centros de salud, sobre todo porque es muy importante evitar la sobreexposición del personal sanitario ante el coronavirus. Se respetan los turnos de descanso, ya no sólo por la sobreexposición, sino también porque el personal sanitario necesita un descanso mental de estar tanto tiempo en esa tensión continua”.
Sobre el momento de aplausos que dedica la ciudadanía diariamente a todos aquellos que trabajan por salir de esta situación, Ana Díez lo califica de “emotivo” a la vez que considera que “es casi una obligación porque no vamos a poder devolver con aplausos todo lo que las personas que están trabajando por esto están haciendo por nosotros”.
Con respecto a la evolución del balonmano playa, Ana asegura que su crecimiento es “brutal” en los 11 años que lleva en activo en esta modalidad. “Ahora hay un espíritu competitivo y objetivos que conseguir. La gente ya no sólo trabaja los meses de verano para lograr esos objetivos, sino también el resto del año. De cara al exterior, España es la envidia porque hemos visto una evolución enorme”, sentencia.