Nada es capaz de frenar a este Barça que esta tarde, en el Lanxess Arena de Colonia, ha conquistado la EHF Champions League por 11ª vez en su historia al derrotar (37:35; 14:13 en el descanso, 28:28 al final del tiempo reglamentario, 32:32 el final de la prórroga) al Lomza Vive Kielce de Polonia. Esto, a su vez, le permite revalidar la corona continental, algo que nadie conseguía desde 2009, con la gesta del ya extinto Balonmano Ciudad Real.
Tournat concedía la primera ventaja a los polacos, pero rápidamente el conjunto azulgrana abría una pequeña brecha (5:2) con protagonismo para sus extremos titulares, Aleix Gómez y Ángel Fernández. El equipo de Talant Dujshebaev mantenía el tipo fundamentalmente de la mano de su hijo mayor, el internacional español Alex Dujshebaev, secundado en el marco por un inmenso Andreas Wolff.
Consumados los primeros 30 minutos, renta mínima en el marcador (14:13) para los azulgrana, escasa ante el dominio ejercido en la primera mitad.
El Lomza Vive Kielce conseguía mantener el tono en el regreso a pista en el segundo acto, y eso le permitía tomar el control del marcador por primera vez desde el inicio de partido, por obra del pequeño de la saga Dujshebaev, Daniel. El Barça, sin embargo, ha demostrado esta campaña que sabe sufrir, que está preparado para ello, acertando a contener a su oponente sin cederle terreno.
El intercambio de golpes se sucedía sin un claro dominador, así hasta que Aleix Gómez ponía a los suyos por delante a 70 segundos del final. El representante de Polonia parecía en problemas, pero aprovecharía un error defensivo azulgrana para certificar el empate (28:28) por medio de Karalek al cabo de los 60 minutos.
Talant Dujshebaev se sabía en manos de sus hijos, líderes indiscutibles en ataque, pero el cansancio hacía mella en el Lomza Vive Kielce y esto permitía a los azulgranas correr y buscar los contragolpes. Wolff, sin embargo, mantenía a los suyos en la final (30:29) al cabo de la primera parte de la prórroga. El Barça perdía efectividad en los primeros compases de la segunda mitad de la prórroga, y volvía a marchar por detrás en el marcador. Dika Mem, finalmente, conseguía empatar el choque (32:32) para conducirlo hasta la línea de 7 metros.
Y ahí, en el punto fatídico, el que decidía esta vez -como tantas otras- fue Gonzalo Pérez de Vargas, atajando la tentativa de su compañero en los Hispanos, Alex Dujshebaev. Fábregas no perdonaría en el quinto lanzamiento, otorgando la undécima Champions League al Barça.
Fotografía: FC Barcelona