La selección española de balonmano ha caído ante Polonia 32:26 (19:9 al descanso) en la primera jornada de la fase principal del Campeonato de Europa 2010 que se está disputando en Austria. Un mal día en un partido que podía abrir las puertas de las semifinales, lo que obliga de este modo a pensar en los dos rivales que quedan por delante, Alemania y Eslovenia.
Valero volvió a apostar por una defensa mixta de salida, en este caso sobre Jaszka, central polaco sobre el que pivota todo el juego ofensivo del conjunto de Wenta. Además Gurbindo y los hermanos Entrerríos configuraban la primera línea, con Tomás en el extremo derecho, Julen en los seis metros y Jota bajo palos.
Los primeros compases sirvieron para evidenciar que limitando la capacidad de crear los polacos sufrían, pero gracias a circulaciones largas creaban desequilibrios en la defensa española, finalizando por el extremo, en el que Jurasik anotaba sin oposición.
Mientras el ataque español buscaba la superioridad en el centro, donde Julen obtenía el rédito de dos penaltis para llegar al minuto cinco con empate a 3 en el marcador.
Sin embargo en ataque dos pérdidas y una falta de ataque daban alas a los polacos que, jugando fácil, llegaban con comodidad a los seis metros logrando despegarse en el luminoso de dos goles (5:3) sin obtener respuesta en el ataque que no encontraba el camino entre la rocosa defensa polaca, estando 6 minutos sin marcar.
Todos los rechaces para Polonia
Sólo Iker desde los siete metros y Tomás, en acciones imposibles, daban oxígeno al bagaje ofensivo español, pero tras perder una superioridad (1:0), España estuvo diez minutos para anotar dos goles, despejando el camino a Polonia que lograba la máxima renta en el marcador (11:6) en el 21’.
La falta de fortuna se traducía en que todos los rebotes caían en manos polacas, lo que les permitía la doble opción. Tomás retomaba el pulso del equipo anotando y sacando una exclusión de Siodmiak, pero la superioridad acababa en tablas no reduciendo las diferencias.
Sólo en el tramo final de la primera parte España pareció de coger, y pese a que Julen estrellara un lanzamiento en el palo, un penalti de Romero y un cañonazo de Malmagro recortaban las diferencias a tres goles. Sin embargo, los tres últimos minutos sólo aportaron un gol y fue para certificar el 13:9 al descanso.
En la reanudación Valero lo intentó todo. Volvió al 6:0, y no funcionó; pidió transiciones largas, y no dio resultado, y así una tras otras, hasta que con tras un parcial de 4:0 que situaba a los polacos con la máxima renta de ocho goles (25:17), llegó la inspiración al equipo español.
Juanín entró en juego ganando dos superioridades consecutivas y logrando un parcial de 0:4 que apretaba el marcador hasta un 25:21 a doce minutos para el final.
Pero circunstancialmente fue ahí cuando España más se descompuso. Lejos de mantener un orden táctico, la alternativa de las individualidades no resultó eficaz, recibiendo en dos minutos un parcial de 3:0 (28:21) que cerraba el partido, y lo que es más importante en una lectura más pausada, la derrota final 32:26 reduce el gol-average obtenido en la primera fase y que puede ser determinante en igualdad de puntos.
Ficha técnica:
Polonia. 32 (13+19)
Szmal; Jurasik (5), Marcin Lijewski (-), Jaszka (3), Bielecki (-), Tluczynski (3, 2p) y Bartosz Jurecki (6) -equipo inicial- Wyszomirski (ps), Krysztof Lijewski (3), Kuchczynski (2), Jachlewski (2), Siodmiak (1), Zoltak (1), Michal Jurecki (3), Jurkiewicz (-) y Rosinski (3)
España. 26 (9+17)
Hombrados; Víctor Tomás (3), Gurbindo (-), Prieto (1), Ugalde (-), Morros (-) y Raúl Entrerríos (2) -equipo inicial- Sierra (ps), Alberto Entrerríos (2), Garabaya (1), Aguinagalde (2), Juanín García (3), Romero (8,7p), Malmagro (4), Chema Rodríguez (-) y Aguirrezabalaga (-)
Parciales cada 5’:
3-2, 5-3, 7-5, 9-6, 12-7 y 13-9 (Descanso) 16-12, 21-16, 25-18, 27-21, 30-23 y 32-26 (Final)
Árbitros: Olessen y Pedersen (Dinamarca). Excluyeron por dos minutos a Siodmiak (2), Bartosz Jurecki (2) y Zoltak por Polonia; y a Chema Rodríguez y Prieto por España.
Olympiahalle de Innsbruck. 8.000 espectadores
