Pula, vestigio de la supremacía romana, ha marcado al balonmano español. Y es que la selección nunca debió llegar hasta aquí, salvo en viaje de turismo o de placer.
Hoy acaba la primera fase del exilio, con una cómoda, aunque trabajada victoria, frente a una Rumania que ha dado muestra de más nivel que en partidos anteriores, con el incentivo de enfrentarse a una España que siempre motiva.
Valero hoy ha vuelto a proponer el 6:0 en defensa, y aunque las ayudas han permitido a los rumanos goles fáciles desde los seis metros, sólo las pérdidas en ataque han impedido que España no rompiera definitivamente el partido en la primera mitad.
Cuando atrás se apretaba el acelerador, metiendo intensidad en defensa, rápidamente se veían los frutos, y un parcial de 0:6 en tan sólo cuatro minutos, ponía a España arriba de cinco (8:13). Ugalde destrozaba con comodidad a una Rumania sin respuesta.
Sólo errores en el pase, precipitación y, en ocasiones, una mala elección de lanzamiento, mantenían a los rumanos en el partido, alcanzando el descanso con un parcial de tres arriba para España (16:19).
La falta de intensidad en los primeros minutos de la reanudación hicieron crecerse a unos rumanos que, con más corazón que cabeza, se ponía a un gol (20:21) tras un parcial de 3:0. Defensas abiertas presionantes, con mixta en las superioridad, hicieron titubear a los de Valero. Pero fue entonces cuando España se puso a jugar a balonmano y demostró el por qué nunca se debió llegar hasta aquí.
La fluidez en el ataque daba confianza a un 6:0 que cortocircuitaba al rival. Cañellas, Ruesga, Entrerríos y Víctor Tomás protagonizaban los mejores minutos del mundial.
Los jóvenes, acompasados por el temple de los veteranos, comenzaban a carburar, y pese a errores de ansiedad, que todavía están presentes, España se fue comiendo a una Rumania a la que le pesaba el ritmo trepidante del juego español.
Quizás, y sólo quizás, se evidenciaba que España necesitaba jugar con el marcador a favor ante un rival de cierta entidad para liberar toda esa presión que le ha tenido atenazada durante gran parte de sus encuentros en tierras croatas.
El 75% de efectividad en los lanzamientos, o las 17 paradas de Hombrados se han echado mucho en falta, y aunque ahora se juega por mantener el orgullo, lejos de la ansiada pelea por los puestos de honor, esta sobredosis de confianza puede ser un buen cimiento para el futuro más próximo.
Ugalde, con 9 goles de 10 lanzamientos, fue elegido el mejor jugador de un partido, que acabo con el reconocimiento de la entendida afición croata de Pula, que disfrutó por fin de un gran encuentro de España.
Ficha técnica
RUMANIA. 32 (16)
Stanescu, Popescu (ps), Buricea (3), Nicolae, Petrea (5), Stavrositu (1), Ghionea (7, 3p), Georgescu (7), Piriianu (2), Jurca (2), Irimescu (4, 1p), Rohozneanu, Jacob (1), Cozma (3).
ESPAÑA. 40 (19)
Hombrados (Sierra); Ugalde (9), Cañellas (4), Andreu (1), Víctor Hugo (1), Morros (4) y Víctor Tomás (8, 1p) –siete inicial-, Entrerríos (5), Rocas (1), Garabaya, Juanín, Romero (1), Ruesga (6).
Parciales cada 5’:
3:3 / 7:7 / 8:12 / 10:13 / 12:17 / 16:19 (descanso), 20:23 / 23:26 /25:30 / 27:33 / 30:36 / 32:40
Encuentro dirigido por los colegiados serbios Stanojevic y Visekruna, que excluyeron con dos minutos a Nicolae, Irimescu e Iacob por Rumania; y Entrerríos, Andreu (2) y Víctor Hugo por parte de España.
Sport Centre “Mate Parlov” de Pula. Lleno, 2.300 espectadores.