Pese a que en el arranque del encuentro el equipo español saltó atenazado por la responsabilidad, pronto se evidenció que la motivación era muy distinta a la de los dos partidos anteriores.
Los coreanos pisaron el acelerador desde el primer segundo, buscando sorprender y crear inseguridad en los españoles, pero pese a recibir un parcial de 0:3 (2:5 en el 5’50”), a España no le tembló el pulso.
Atrás un profundo 6:0, moviendo mucho las manos y cortocircuitando la línea de pase coreana, lo que sumado a las dos paradas consecutivas de un Sierra muy enchufado, sirvieron para hacer lo que más le gusta a España, correr. Y ahí fuimos superiores.
Un parcial de 3:0 devolvía la igualdad, manteniendo a los asiáticos 5 minutos sin ver portería.
De nuevo con la igualdad en el marcador, la defensa volvía a marcar las diferencias para lanzar el marcador 10:7 con un nuevo parcial de 3:0, obligando al técnico coreano a pedir tiempo muerto.
Sin embargo, de nuevo la precipitación en ataque se apoderó del equipo español. Sin fluidez, España sufrió los siguientes seis minutos, exclusión de Iker incluida. Un 0:3 para los coreanos volvía a igualar la contienda (10:10 en el 22’).
De ahí al final, España mejoraba en ataque, y la inclusión de Ruesga daba alternativas, pero el 6:0 español no lograba contrarrestar los lanzamientos de 9 metros de los primeras líneas asiáticos.
Un robo de balón finalizado por Rocas a la contra, daba ventaja de 2 a escasos segundos para el final, pero un penalti a falta de 12 segundo, cometido sobre el pivote Park, el mas destacado por el cuadro coreano, deja el marcador en 15:14 al descanso.
Rocas (4), Andreu y Romero (3) son los máximos anotadores del equipo español en los primeros treinta minutos.
Parciales cada 5’: 2:3 / 4:5 / 8:7 / 10:9 / 11:11 / 15:14 (descanso)