Sin duda que el resultado obtenido por la Selección Absoluta masculina en el reciente Campeonato del Mundo celebrado en Croacia ha supuesto una decepción al mundo del Balonmano; todos, sin excepción, estamos afectados por lo ocurrido en el plano deportivo en la competición por excelencia de nuestro deporte. Directivos de todos los niveles, entrenadores, jugadores, prensa especializada, patrocinadores, aficionados, etc., sienten en sus cabezas y en sus corazones la tristeza de un resultado, por lo negativo, muy lejos de los habituales en los últimos años. Ello conlleva de inmediato críticas de una parte que hay que afrontar y un halo de pesimismo de otra que debemos combatir con urgencia. En este escenario me dirijo a todos con un mensaje de confianza, que pretende al tiempo ser coherente con la situación y el momento por el que se transita. Ahora y siempre se necesita en el mundo del deporte convivir con las alegrías o las decepciones, sin perder el horizonte abierto y la confianza en los planes a desarrollar y ejecutar en un futuro inmediato.
Como no podía ser de otra manera he convivido con la selección la amargura de los resultados en Croacia y he podido comprobar una vez más que son los técnicos y los jugadores los que han sufrido cada minuto los reveses deportivos que les ha acompañado en esta competición. Ello está fuera de toda duda, tal y como igualmente queda fuera de discusión el comportamiento profesional, en actitud y buenos deseos de toda la expedición desplazada a Croacia. Ninguna queja tiene el Presidente, así como ninguna duda debe plantearse en esa dirección. Las reflexiones y análisis de los resultados de manera objetiva corresponden ahora a los técnicos en su tarea de evaluación de los comportamientos técnicos, tácticos y competitivos de los jugadores en el desarrollo del plan de renovación que se ha iniciado en la Selección para el ciclo olímpico que acaba de comenzar, y que tiene como gran objetivo el Mundial 2011 y los JJ.OO. de Londres 2012 como última meta.
Es evidente por otra parte que, a pesar de las circunstancias que posteriormente se analizarán, algo hemos hecho mal para que en el tránsito iniciado los resultados hayan sido peores a las previsiones reales y los valores que se reconocen a nuestro balonmano de elite; ello no debe ocultarse, pero, no es menos cierto, que igualmente hay que poner en la mesa de discusión aquellos pormenores que han marcado los primeros pasos de la nueva selección que se está moldeando. Entre ellos no debe olvidarse el mínimo tiempo de preparación que se ha dispuesto programado con anterioridad; la fatiga acumulada de los jugadores más expertos tras la temporada anterior sin descanso por la acumulación de competiciones (Europeo de 2008, Preolímpico y JJ.OO. de Pekín) más las competiciones internas de la actual temporada; la incorporación de nuevos jugadores prácticamente debutantes en un Mundial con evidente inexperiencia y la lógica dificultad que supone la novedad de un nuevo seleccionador respecto a las últimas actividades de la Selección en los primeros partidos del Preeuropeo 2010, celebrados en el último trimestre de 2008 con otros responsables en la dirección del equipo.
El hecho conocido de ser el Balonmano el único deporte que organiza un Mundial unos meses más tarde de los JJ.OO. y las circunstancias internas de las recientes elecciones celebradas en la Federación ha dificultado aún más el insuficiente plan de preparación del equipo. Todo ello no atenúa la decepción deportiva, pero sí debe considerarse para alejarse de citas con un pesimismo perverso. Por otra parte, en el lado contrario del dibujo, el calendario no permite ni un minuto más de flaqueza por mucho que nos duela el regreso anticipado de la expedición mundialista. Los partidos próximos de marzo y posteriores de junio para asegurar la clasificación en el Europeo citado del próximo año en Austria, así como los Juegos del Mediterráneo a celebrar en Pescara (Italia) contribuirán a la mejoría de la selección, recuperar imagen, confianza para el futuro inmediato alejándonos de estados negativos y críticas pesimistas. El mundo del deporte exige y urge primeros planos, permanente interés y actualidad y el Balonmano, que no haya dudas, posee vigor y recursos para no convivir con los insultantes silencios.
Debemos reclamar e inyectar dosis de optimismo en todos; la selección absoluta ha dado un paso atrás en el espacio de valoración de nuestro deporte que hay que recuperar con urgencia, humildad y esfuerzo pero al tiempo hay que recordar que, aún considerando la Selección el buque guía, el Balonmano es mucho más en el día a día, en el trabajo callado de los equipos de base y de las selecciones intermedias y de formación, en el proyecto en marcha del Balonmano femenino con Mundiales durante el año, en el trabajo permanente de las Federaciones Territoriales, en los planes de crecimiento en todos los estamentos, en la infatigable tarea de la promoción, amén de las competiciones de los clubes en sus ligas y competiciones europeas. A todos los responsables en las infinitas tareas les envío este mensaje de fuerza, optimismo y cohesión para continuar con ilusión, sin frustraciones y con la cabeza bien alta. Superar el traspiés con orgullo y confianza es imprescindible en la tarea diaria de cada uno, así como igualmente es obligado por parte del Presidente y su Junta Directiva, tras poco más de un mes en la dirección, actuar con serenidad, asumir sus responsabilidades y no olvidar el horizonte a medio plazo previsto para la presente legislatura. Una decepción en el largo camino a recorrer que nos hace más fuertes al tiempo que nos recuerda la dificultad de la tarea.
