El Barça regresaba al Palau Blaugrana para disputar la cuarta jornada de la EHF Champions League ante el HC Zagreb, penúltimo clasificado del grupo B con cero puntos en su haber.
Comenzaba el partido con dos guardametas que iniciaban el choque con el cierre echado, tuvo que llegar Aitor Ariño en el minuto dos y medio del encuentro para abrir la lata y estrenar el luminoso.